¿Dónde y cómo se producen?

La vibración de un terremoto corresponde al paso de las ondas liberadas cuando una porción de la corteza terrestre se rompe. La rotura puede haberse producido a muchos quilómetros de distancia de donde se experimenta el sismo.

Las roturas de la corteza generadoras de terremotos se producen por el desplazamiento relativo y súbito de dos bloques rocosos de grandes dimensiones que se hallan en contacto a través una superficie de debilidad, que denominamos falla. El desplazamiento súbito a lo largo de una falla entre los bloques rocosos en contacto provoca una sacudida. Ésta se transmite a través de la corteza y de capas más profundas en forma de ondas elásticas, que se alejan de la zona de rotura rápidamente, y que viajan a gran velocidad y grandes distancias.

Un terremoto se genera por el movimiento entre dos bloques a lado y lado de una falla. El movimiento se inicia en profundidad, en un punto de la superfície de la falla allí dónde se produce la rotura inicial. Esta rotura se expande y propaga a lo largo y ancho del plano de falla afectando una área  de dimensión variable. La magnitud del terremoto depende de las dimensiones de esta superfície de rotura. El punto inicial de rotura se halla a una determinada profundidad respecto a la superfície terrestre y se denomina hipocentro. El punto sobre la superfície terrestre que se halla a la vertical del hipocentro se denomina epicentro.

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